Sistemas de publicidad poco aconsejables

Como norma general, las acciones de marketing de una empresa, han de ser transparentes y diáfanas en su ejecución, respetuosas con la intimidad del cliente y no invasivas, y por supuesto, alineadas con las disposiciones legales internacionales y de cada país.

Los objetivos de una campaña de marketing, deben estar orientados a la satisfacción completa del cliente y su fidelización posterior. Las empresas que utilicen sistemas de publicidad poco aconsejables, no lograrán estos objetivos y quedarán notoriamente perjudicadas.

La publicidad engañosa, que ofrezca productos y servicios con unas características distintas de las reales, es una práctica muy desaconsejable, ya que el consumidor detectará fácilmente la manipulación y efectuará todas o alguna de las siguientes acciones:

  • Devolverá el producto y reclamará el precio.
  • Propagará a gran velocidad su experiencia negativa de compra en algunos medios virtuales.
  • Dejará de comprar cualquier producto que le recuerde esta insatisfacción, ya sean productos relacionados con la marca o con la gama de productos.
  • Denunciará el engaño a través de entidades de protección del consumidor.

La publicidad oculta puede ser contraproducente si implica jugar con la buena fe del cliente y supone una manipulación de sus intenciones. Debe diferenciarse con claridad de la publicidad sutil y sugestiva, basada en metáforas, pero que en ningún caso suponga ocultación ni manipulación.

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